Esta entrevista fue publicada en Tangauta

Después de obtener nuevamente el Premio Konex 2015 a la mejor Cantante Femenina de Tango (ya lo consiguió en 2005), Sandra Luna, una de las mejores voces femeninas de los últimos veinte años, nos abre las puertas a su intimidad artística.

Cantar siempre cantar


¿Cómo llega el tango a tu vida?

Es una historia muy hermosa… mágica diría… Mi familia venía de los barcos, en mi casa, no se escuchaba tango, yo cantaba música española… Cantar siempre canté, creo que desde antes de nacer.
Un día, a mis cinco años, salí de mi casa, crucé la calle para ir a la verdulería y escuché una orquesta, un cantor… No me preguntes quién era, no lo sé. Me estremeció todo el cuerpo, cómo si algo se adueñara de mí, la emoción fue tremenda. Desde ahí, preguntaba por “esa música” y Horacio, un primo de mi mamá, me silbaba melodías. Así el tango se adueñó de mí totalmente…

Cada persona que siente el tango, lo hace propio.Sandra Luna –

¿Qué cantantes mujeres de tango te gustan?

Mercedes Simone, Libertad Lamarque, Elba Berón, Nelly Vázquez, María de la Fuente, Virginia Luque, Nelly Omar, y seguro que olvido alguna, ¡hubo excelentes cantantes!

¿Cómo preparas una canción?

Depende del tema: él me propone cosas y entro a buscar a ver cómo se lo puedo dar… sentirlo como a un otro, prepararte para darle lo que necesita y lo mejor de vos.

¿Hay alguna forma de fusión en el tango que te interesaría investigar en el futuro?

Como el tango nació de tantos pensamientos y sentimientos, es una fusión en sí mismo y se transforma permanentemente, yo misma soy una fusión, mis raíces son el flamenco y copla, y en mi siempre hay lugar para la transformación porque vivo cantando y viviendo diferentes músicas y culturas…

¿Por qué tenes la necesidad de estar cara a cara con la gente? ¿Es un deseo artístico o personal?

Si el arte es la comunicación directa con la creación y universo, algo totalmente espiritual, entonces estar cerca de la gente hace esa comunicación, conexión, ida y vuelta, y verdadera magia. Así empecé mi camino siendo muy chiquita, no lo pensé. El canto llegó y me entregué; mi deseo es vivir ese momento mágico… lo vivo como único cada vez, como si fuera la última vez. Cuando subo al escenario me propongo vivir un momento de pura emoción, una fiesta del alma.

¿Qué cambios notaste en la escena del tango?

Tango es la vida misma. Por lo tanto sufre las mismas transformaciones que las personas, ciudades, todo… sobre todo con la globalización.

¿Qué tiene el tango que despierta tanta pasión en culturas y lenguas tan diferentes?

El tango es la música que nació a partir de la llegada de los inmigrantes. Al llegar cada uno traía lo propio y la necesidad de pertenecer, y ahí nació una música nueva que se identificó con todos los que vivían a la vera del río y puerto… el puerto, barcos… el tango fue y vino muchas veces, es como algo universal, más allá de la palabra; es un sentimiento, creo que es por eso. Cada persona que siente el tango, lo hace propio.

¿Se logró el equilibrio en el tango del universo masculino con el femenino?

El tango es uno solo, y hay una sola manera de vivirlo desde cualquier disciplina artística, hay que amarlo, respetarlo y darle lo mejor de nosotros, seas hombre o mujer.

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